viernes, 3 de abril de 2015

POR TIERRAS CASTELLANAS


Por tierras castellanas. Una escapada por Burgos, Silos, Palencia, Briviesca y Atapuerca.
(Pero en otro orden)

Yacimientos de Atapuerca
Sima del elefante
Tras un viaje largo y, por consiguiente pesado, unos días de excursión por lugares tan atractivos como los enunciados en el título del blog y algún que otro rinconcito de la comarca de La Bureba.

Debo decir que el viaje, organizado por CNtravel está bien estructurado. Salvo los desplazamientos de ida y regreso que resultan largos y fatigantes, el resto del circuito cuenta con suficientes atractivos como para ser disfrutado con la ayuda de la eficaz Celia, la guía, que pone en la tarea un amplio conocimiento de los lugares visitados y una muy cordial amabilidad.

Para empezar, el hotel El Vallés, en Briviesca, un cuatro estrellas recién construido sobre lo que fuera un hostal de dos estrellas famoso por su cocina y en especial por su merluza, resultó un magnífico alojamiento donde la amabilidad del personal superaba cualquier carencia como la de haber quedado aislado por autovía, carretera y vía férrea del núcleo de la población a la que resulta complicado acceder si no se dispone de vehículo propio.

De entre las visitas realizadas, muy interesante la de Atapuerca donde se pueden contemplar los trabajos que se realizan en la sima donde antaño vivieran nuestros antecesores más antiguos de Europa, no en vano allí se encontró el llamado "homo antecessor"  al que se atrinuyen 850.000 años y algunos de sus coetáneos.Lugares de la prehistoria que conservan los ecos de tiempos ya muy lejanos en los que la subsistencia era algo repleto de dificultades
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Burgos mantiene, como siempre, el aire de ciudad castellana y señorial en la que destaca la presencia de una catedral que, no siendo de las más conocidas, encierra elementos de una gran belleza e interés artístico y religioso.

Junto a las impresionantes tumbas de exquisito tallado y delicada factura, los bellos retablos y la riqueza de artesanados y vitrales y la curiosa presencia del 'Papamoscas' que marca las horas abriendo la boca mientras un numeroso grupo de curiosos y turistas se arremolinan para ver tan curiosa manera de indicar el paso de las horas.
Catedral de Burgos

Otra de las visitas recomendables para quien visite la ciudad es la de la Cartuja de Miraflores muy cuidada por los monjes cartujos en su clausura rigurosa y rodeada de un parque de rico arbolado y ambiente muy natural.

Nos quedamos sin poder visitar el Museo de la Evolución donde se conservan y exponen algunos de los restos prehistóricos más destacados de cuantos han sido hallados en Atapuerca, como el cráneo llamado "Miguelón" y otros obreros y restos de alto valor histórico (mejor prehistórico) porque los lunes está cerrado y era el día destinado a la capital burgalesa.

Y, hablando de atractivos burgaleses no podemos olvidar la celebérrima "morcilla de Burgos", pero, ojito, no toda la así denominada, aunque esté fabricada en aquellas tierras, tiene las mismas condiciones ni características ornanolépticas aunque esté hecha con parecidos o similares ingredientes.

Tuvimos la suerte de visitar la fábrica de "La Pili" donde la tercera generación familiar consigue un producto de excepcional calidad.
La famosa morcilla de Burgos.
Morcillas, salchichón y chorizo realizados con las mismas técnicas artesanales de hace decenas de años se elaboran con esmero y se catan con la reverencia debida un producto que honra la zona de su denominación por su deliciosa textura y rico paladar.

Nos sirvió la visita y su generosa cata, para comprobar personalmente que, efectivamente, no toda la "morcilla de Burgos" es "morcilla de Burgos" por mucho que este fabricada en la misma tierra y cumpliendo (es un suponer) las reglas tradicionales.

La demostración nos llegó con celeridad cuando en un bar cercano a la catedral, reposando de la visita al templo y en el disfrute de un clima envidiable y soleado frente a una fresca cerveza, sirvieron una morcilla, también llamada "de Burgos", pero en modo alguno comparable a la catada en La Pili de Briviesca por no contar, ni de lejos, con las excelencias de textura, sabor y aroma de la arriba mencionada

La otra capital castellana del itinerario fue Palencia donde la guía local, presumiendo de 'palentina: borracha y fina' presumió de catedral resaltando sus indiscutibles méritos y, sobre todo, los restos soterrados del primer templo, románico, que se conservan bajo la actual.
La Dipotación de Palencia

Y nos enseñó, incluso, la gárgola que, añadida en una de las necesarias reparaciones de algunos elementos de las fachadas exteriores, toma la forma de un anacrónico fotógrafo con su máquina de retratar incluida como firma del autor de la reparación.

Y siguió presumiendo, quizás llena de razones, de que la primera universidad española no fue la salmantina, como se suele decir, sino la de Palencia que se anticipó en el tiempo y fue pionera en el llamado 'estudio general' que antecedió a la denominación de universidad.

Preciosa la Diputación de Palencia que sorprende a quienes, como yo, aun habiendo estado con anterioridad en la ciudad no habíamos tenido ocasión de contemplarla.

Monasterio de Silos
Se completaba el itinerario con la detallada visita al Monasterio de Silos cuyo precioso y monumental claustro encierra una de las mas valiosas colecciones de capiteles en sus columnas, alguna de las cuales incluso está retorcida sobre sí misma en un escorzo de elevado valor artístico y arquitectónico

 Infinidad de escenas se multiplican por las amplias columnatas de los cuatro lados del claustro representando motivos que narran infinidad de detalles religiosos y profanos constituyendo, sin duda, un rico tesoro artístico que sirvió, sin duda, como espectacular libro en el que aprender innumerables aspectos de los más apreciados dogmas y sucesos de las creencias religiosas.
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Columna del claustro
Monasterio de Silos
Los ricos artesonados, algunos de ellos también dotados de escenas policromas de alto valor artesanal se complementan con relieves de piedra tallados en las robustas columnas que refuerzan los ángulos del conjunto.

Increíbles obras de trabajo de talla en piedra que constituyen un conjunto merecedor de una detenida y amplia visita si se quiere disfrutar de los muchos detalles que encierra una obra de indudable mérito y gran belleza plástica.

Una mención merece Briviesca, denominada 'Capital de la Bureba', una ciudad repleta de una historia que exhibe con orgullo ya que fue, incluso, capital del reino de Castilla y en la que, en las cortes celebradas en 1387 se instituyó el título de Príncipe de Asturias y donde las iglesias de San Martín y Santa Clara constituyen un valioso conjunto monumental.

Llama la atención los muchos niños y jóvenes que invaden sus plazas y parques urbanos disfrutan de sus juegos con patines, bicicletas y pelotas ofreciendo una imagen añorada en la mayoría de las actuales ciudades donde prohíben, con excesivo rigor a mi juicio, los juegos infantiles bajo el pretexto de que pueden molestar con sus correrías, gritos o carreras tras el balón o circulando sobre artilugios rodantes.

Y puestos a destacar aspectos positivos, hay que aplaudir la permisividad para fotografiar todo lo que de interesante se encuentre en templos o monumentos, sin más limitación que la, universalmente aceptada y, por otra parte lógica, de no usar el flash por el daño que sus destelles pueden causar en la obras de arte que los reciben, cuyos pigmentos sufren con las repetidas agresiones lumínicas.

Un viaje agradable donde el cansancio se compensa, ampliamente, con lo grato de las visitas y la fascinante contemplación de rincones, lugares, edificios y parajes merecedores de la contemplación.













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